La Palabra de Dios ofrece consuelo para esos momentos y nos recuerda que las cosas de este mundo son pasajeras, pero que Dios puede ofrecernos paz, tranquilidad y felicidad que son eternas.
Deuteronomio 31:8 (NBD)
“El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.”
Isaías 41:10 (PDT)
“No temas, estoy contigo. Yo soy tu Dios, no tengas miedo. Te fortaleceré, sí, te ayudaré. Te salvaré con mi mano victoriosa.”
Salmos 34:17 (TLA)
“Dios escucha a los suyos y los libra de su angustia.”
Salmos 37:23-24 (PDT)
“Cuando al Señor le agrada nuestra vida, nos guía para que no caigamos. Si tropezamos en el camino, no caeremos porque el Señor estará allí para sostenernos e impulsarnos.”
Salmos 40:1-3 (DHH)
“Puse mi esperanza en el Señor, y él se inclinó para escuchar mis gritos; me salvó de la fosa mortal, me libró de hundirme en el pantano. Afirmó mis pies sobre una roca; dio firmeza a mis pisadas. Hizo brotar de mis labios un nuevo canto, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos, al ver esto, se sintieron conmovidos y pusieron su confianza en el Señor.”
Salmos 42:11 (NVI)
“¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!”
Romanos 8:38-39 (TLA)
“Yo estoy seguro de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la vida ni la muerte, ni los ángeles ni los espíritus, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes del cielo ni los del infierno, ni nada de lo creado por Dios. ¡Nada, absolutamente nada, podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado por medio de nuestro Señor Jesucristo!”
2 Corintios 1:3-4 (NTV)
“Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros.”
Santiago 5:13-14 (TLA)
“Si alguno de ustedes está triste, póngase a orar. Si está alegre, alabe a Dios con cánticos.”
1 Pedro 5:6-7 (PDT)
“Cuando Dios los corrija con su mano poderosa, acéptenlo con humildad. Después, cuando llegue la hora, él los exaltará. Confíen a Dios todas sus preocupaciones, porque él cuida de ustedes.”