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Qué Dice La Biblia Acerca De La Soledad Y Cómo Superarla









En algunos momentos de tu vida, ¿te has sentido que has estado solo y has anhelado estar conectado con otros? Yo sí. Este sentimiento describe la emoción de la soledad. Otras palabras que las personas usan para describir la soledad incluyen sentir un vacío, sentirse alejados, excluidos o separados. Puedes sentir soledad cuando estás físicamente solo y también puedes sentir soledad en la presencia de otros. La soledad es un reflejo de si estás conectando o no con otros. 

Dios es un Dios de relación y comunidad. Eso es algo evidente de su propia naturaleza. Él es la Trinidad –tres en uno; Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. En los primeros capítulos de la Biblia, Dios establece que “No es bueno para el hombre (Adán) estar solo…” (Génesis 2:18a, El Mensaje). ¿Su solución? Dios continuó, “Le haré un ayudante, una compañera” (Génesis 2:18b, El Mensaje). Él trajo a Eva junto a Adán para que se “convirtieran en una sola carne” (Génesis 2:24b). Fuimos diseñados para estar en comunidad con Dios y con otros. Quizás ese es el por qué la soledad nos golpea de la forma que lo hace.

La Biblia tiene mucho que decir acerca de sentirse solo y lo opuesto, sentirse conectado. Pero si vamos a entenderlo, miremos más de cerca a la soledad y el efecto que tiene en nosotros. 

Signos de soledad

Puede ser claro para ti que te sientas sola—anhelas sentirte conectada con otros, incluso para ser abrazado. ¿Pero y si eso no es obvio?

Dependiendo de la situación, los signos de un estado oculto de soledad pueden incluir lo siguiente: 

Sentirte aburrido y excesivamente cansado

Sentirte desesperado y amenazado

No dormir bien

Estar físicamente inactivo (no incluir ejercicios)

Mientras que es normal sentirse solos de vez en cuando, la soledad consecutiva activa un estrés tan potente que afecta la vida diaria. Una persona puede sentirse cansada y en letargo, menos alerta mentalmente. Él o ella pueden experimentar problemas digestivos y estomacales, y otros incidentes de enfermedad. Investigaciones recientes descubrieron que la soledad estaba asociada con un riesgo de muerte temprana que es equivalente a fumar 15 cigarrillos por día y que era más letal que la obesidad. Por el contrario, las personas que reportaron tener mayores conexiones sociales estaban asociadas con un riesgo 50% menor de muerte temprana.

Y debido a que la gente que experimenta soledad no se siente bien, se involucran en comportamientos o ingieren sustancias que les hacen sentir que calman el dolor. El daño es que muchas de esas sustancias y comportamientos son adictivas. Adicciones comunes incluyen alcohol, drogas, tabaco, alimentación, ejercicios, medios de comunicación (incluyendo el uso de la televisión, internet y teléfonos inteligentes), sexo, compras, y trabajo. Las investigaciones han demostrado que  casi la mitad de los americanos tienen una adicción a una o más sustancias o comportamientos que tienen consecuencias serias negativas para su salud.

En discusiones acerca de la soledad, el aburrimiento y la depresión salen a la luz.  Sentirse aburrido y solo está altamente relacionados. En ambas instancias, te sientes desentendido de tareas (por ejemplo, aburrimiento) y de personas (por ejemplo, soledad). Aunque la depresión es diferente, sigue frecuentemente y es coexistente con la soledad, esto ya que la persona que está deprimida a menudo deja de involucrarse con otros. 

Ejemplos de soledad en la Biblia

El pueblo de Dios no está exento del dolor de la soledad. David, familiarizado con este, y su llanto honesto a Dios están  registrados en los Salmos. Mientras lees el Salmo 25:16-21 debajo, verás el anhelo de David de estar conectado con Dios y su confianza tras esa relación: 

“Vuélvete a mí y tenme piedad, porque estoy solitario y afligido. Las angustias de mi corazón han aumentado; sácame de mis congojas. Mira mi aflicción y mis trabajos, y perdona todos mis pecados. Mira mis enemigos, que son muchos, y con odio violento me detestan. Guarda mi alma y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti me refugio. La integridad y la rectitud me preserven, porque en ti espero.”

Los profetas de Dios sintieron a menudo el dolor del rechazo y la soledad. Considera al profeta Jeremías. El Señor le pidió a Jeremías que se casara. Tenía amigos. Los estudiosos se refieren a Jeremías como el “profeta en duelo”. Dios lo llamó a hablar en contra de los pecadores de Judá y a advertir acerca del juicio que podría venir a menos que el pueblo de Judá se arrepintiera y cambiara su forma de actuar. El capítulo 15 de Jeremías  muestra al profeta hablando a Dios acerca de su soledad, dolor interminable y sufrimiento. A pesar de su dolor, Jeremías confió en el Señor y siguió el llamado de Dios por su vida.

Las escrituras nos cuentan que Jesús experimentó soledad. En la cruz, Él lloró, “A las tres de la tarde Jesús gritó a voz en cuello:—Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”)” (Marcos 15:34). Y en Isaías 53:3, en una profecía acerca de Jesús leemos, “Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no le estimamos.” Jesús es empático con el dolor de la soledad porque la experimentó.

Las escrituras acerca de la soledad

A través de la Biblia, vemos que la conexión con Dios y otros seguidores de Jesús es buena y deseable, y preferible a estar alejado y solo. David escribió, “Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía. Es como el óleo precioso sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende hasta el borde de sus vestiduras. Es como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó el Señor la bendición, la vida para siempre.” (Salmo 133). Jesús dijo a sus discípulos, “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mateo 18:20).

En cuanto a los efectos en el trabajo de una persona y disfrute de la vida cuando no estamos conectados con otros, el Rey Salomón hizo las siguientes observaciones:

“Entonces yo me volví y observé la vanidad bajo el sol: Había un hombre solo, sin sucesor, que no tenía hijo ni hermano, sin embargo, no había fin a todo su trabajo. En verdad, sus ojos no se saciaban de las riquezas, y nunca se preguntó: ¿Para quién trabajo yo y privó a mi vida del placer? También esto es vanidad y tarea penosa. Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor remuneración por su trabajo. Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! Además, si dos se acuestan juntos se mantienen calientes, pero uno solo ¿cómo se calentará? Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo, dos lo resistirán. Un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente.” (Eclesiastés 4:7-12)

En Efesios 4:25-27, Pablo mostró un sentido de urgencia en cuanto a reparar relaciones rotas para que no estemos solos y débiles, dándole a Satanás un freno para atacar al Cuerpo de Cristo. Estos y muchos otros versículos comunican el mensaje de que juntos tenemos un apoyo y fortaleza mayor para resistir la tentación y los ídolos, para que podamos seguir haciendo nuestra parte en el plan de Dios para avanzar en su reino. 

Cuando me he sentido sola, me he dado cuenta que leyendo o escuchando las escrituras siendo leídas en una de las aplicaciones de la Biblia ha sido una fuente de consuelo para mí. Las escrituras son supernaturales y pueden ayudar a alguien que se sienta solo, incluyendo a los solteros solitarios, parejas casadas solitarias y a aquellos que están experimentando la soledad y depresión diciéndonos que no estamos solos, como sus hijos queridos nunca estamos solos. Los siguientes versos son un buen lugar para comenzar.

Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento (Salmos 23:4)

¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, Él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará». (Deuteronomio 31:6)

Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el SEÑOR me recibirá en sus brazos. (Salmos 27:10) 

Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:38-39)

Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes. (1 Pedro 5:7)

Padre de los huérfanos, defensor de las viudas, este es Dios y su morada es santa. (Salmos 68:5-6)

Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. (1 Juan 3:1a)

No amen el dinero; estén contentos con lo que tienen, pues Dios ha dicho: «Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré» (Hebreos 13:5)

La respuesta de Dios a la soledad

Como seguidor de Jesús, eres parte del Reino de Dios de los sacerdotes y tienes un rol que cumplir. Déjame explicar. En 1 Pedro Capítulo 2, Pedro escribió: “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.” La función de los sacerdotes era de conectar al pueblo judío con Dios. La ley era clara de que los sacerdotes estaban para formar la tribu de Levi (Nota interesante: la palabra “Levi” significa conectar) y estas eran reglas estrictas en el momento acerca de cómo, cuándo y quién podría hablar a Dios en representación de su pueblo. Jesús cambió eso. El relato de Marcos de la muerte de Jesús en la cruz incluye una declaración curiosa: “Y Jesús dando un fuerte grito, expiró. Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.” (Marcos 15:37-38). ¿Cuál es el significado de la cortina? Esta es la cortina que separó el pueblo del santo de los santos. Solo a ciertos sacerdotes se les permitía entrar en ese lugar sagrado. Al quebrar la cortina, Dios comunicó que la orden antigua sacerdotal terminó así que ahora nosotros somos los sacerdotes y juntos se nos encomendó un sacerdocio real que consiste en conectar a las personas con Dios y han sido empoderados por el Espíritu Santo para ese propósito. El plan de Dios espera que vivas proactivamente tu vida con un llamado sacerdotal.  

Así que cuando estes triste y solo, o cuando te sientas solo, recuerda que eres llamado a conectar a las personas con Dios. Vivir intencionalmente con tu llamado te ayudará a superar la soledad crónica. Ser un reino de sacerdotes significa que cada uno de nosotros está para conectar con Dios, conectar con creyentes (por ejemplo, nuestros compañeros sacerdotes) y conectar con personas que no conocen a Dios.

1.- Conecta con Dios a través de la lectura de las escrituras, orar, participar en la adoración y en la comunión. Una práctica que disfruto es escribir versos bíblicos significantes en cartas, organizándolas por temas (por ejemplo, amor, la Trinidad, el servicio, el Espíritu Santo, etc.) y luego leer varias cartas al mismo tiempo o tomar una carta y memorizar el verso escrito en ellas. A menudo hago esto mientras me preparo para dormir.

2. Conectar con compañeros creyentes incluye atender a servicios de adoración de forma regular, participar en el estudio bíblico de la escuela dominical o en pequeños grupos, disfrutar momentos de compañerismo, servir a otros en eventos fuera o dentro de la comunidad. Te recomiendo que busques un grupo en el que puedas participar de forma semanal que combine tiempo con la palabra, compartir requerimientos de oraciones y orar unos por otro. Desarrollar amistades confiables en un grupo de estudio bíblico ha sido una bendición enorme en mi vida.

3. Llegar a conectar con personas que no conocen al Señor es integral para la vida del cristiano. Involúcrate en tu comunidad al ser voluntario de organizaciones del sector social y encontrar formas de amar humildemente y servir a las personas que conoces. Mientras Dios pone personas en tu corazón, ora por ellas y luego trata de conectar. 

Tu inclinación natural cuando te sientes solo puede ser echar para atrás y ver si alguien te alcanza a ti. Te motivaría a cambiar eso. Comienza orando a Dios para que te ayude a vivir según tu llamado sacerdotal, para que te llene con el Espíritu Santo y te dé sabiduría para saber con quién conectar en tu familia y comunidad de la iglesia local. Cuando las personas se pongan en contacto con la conexión divina reflejada en ti como sacerdote, Juan 17:20b-23 nos cuenta que verán que Dios los ama. Escucha el corazón de Jesús por ti y Su corazón por la conexión en esta oración a nuestro Padre celestial:

Yo (Jesús) oro también por aquellos que creerán en Mí a través de mi (Sus seguidores) mensaje, que todos ellos sean uno, Padre, así como Tú estás en Mí y Yo estoy en Ti. Que ellos también estén en Nosotros para que el mundo pueda creer que Tú me has enviado. Les he dado la gloria que me Diste, que ellos puedan ser uno así como Nosotros somos uno –yo en ellos y Tú en mí—para que ellos puedan completar la unidad. Entonces el mundo sabrá que Me enviaste y los he amado a ellos así como Tú me has amado a mí.